El descubrimiento y conquista hispana de vastas regiones del continente americano generó un gran impacto en el conocimiento europeo del mundo. Las noticias que llegaban desde el Nuevo Mundo hablaban de fabulosas riquezas; pueblos de costumbres extrañas y bárbaras; selvas húmedas y calurosas pobladas de animales desconocidos; ricas ciudades situadas en lo alto de las montañas y extensos y áridos desiertos habitados por tribus belicosas y sanguinarias.
Las novedades provenientes de las tierras americanas se escuchaban de boca de comerciantes, burócratas, marinos y aventureros de todo tipo que regresaban del Nuevo Mundo.
En la difusión de noticias de América, la imprenta desempeñó un papel de primera importancia, a través de la publicación de numerosas crónicas, relaciones históricas y obras descriptivas de la geografía, costumbres y recursos de las nuevas tierras, algunas de las cuales alcanzaron gran difusión en Europa y contribuyeron a forjar una imagen de América en las naciones y pueblos del Viejo Continente.
Las narraciones históricas y descriptivas del mundo americano provenían de los sectores sociales más diversos: militares, sacerdotes, letrados, mestizos e incluso unos cuantos indígenas. Todos ellos defendían intereses y abogaban por causas de las naturalezas más diversas: soldados y encomenderosdefendían la gesta conquistadora; misioneros y nobles indígenas denunciaban los abusos que se cometían sobre la población nativa; letrados informaban sobre la región que administraban o visitaban; criollos exigían una mayor atención de la corona hacia su provincia, gobernación o virreinato y los naturalistas realizaban una descripción de la naturaleza americana.
Muchas de las obras escritas por los cronistas del período colonial nunca llegaron a ser impresas en su época y circulaban copias manuscritas de ellas en archivos, conventos y bibliotecas. Otras, en tanto, fueron impresas en Europa o en América tras obtener la autorización de la corona española, en virtud de la censura oficial que se ejercía sobre los textos impresos. Unas cuantas publicaciones traspasaron los límites de la península ibérica y alcanzaron un alto grado de difusión en el Viejo Continente gracias a las traducciones latinas o en lenguas vernáculas, muchas de ellas acompañadas de vistosos grabados.
Entre los cientos de crónicas y relaciones históricas escritas en los tres siglos de dominación hispana en América, destacaron las que redactaron los grandes cronistas de Indias, historiadores oficiales de la corona encargados de centralizar la información y de ordenarla en un relato coherente. Desde un punto de vista regional, las zonas que concentraron la mayor cantidad de crónicas y obras históricas fueronMéxico y Perú, seguidas por Nueva Granada - en el actual territorio colombiano -, Venezuela, el Caribe y las provincias de Guatemala, Chiapas y Yucatán. En la periferia del imperio español, si bien las regiones de Chile, Ecuador, Paraguay y el Río de la Plata recibieron una atención menos prolija y en algunos casos un poco tardía -a excepción de las misiones jesuitas- no por ello dejaron de tener una amplia gama de cronistas de los ámbitos militar, eclesiástico y administrativo, así como unos cuantos viajeros y aventureros europeos.
En el siglo XVIII, se destacó la obra de los jesuitas que habían sido expulsados de América, muchos de los cuales radicaron en Italia. La obra generada por dichos sacerdotes tuvo una amplia repercusión en Europa y dio a conocer un continente que había quedado olvidado tras el impacto inicial de los descubrimientos.
Hoy en día, el vasto corpus historiográfico acumulado por los cronistas del período colonial, constituye un material de inmenso valor para el conocimiento de los pueblos indígenas precolombinos, así como de los tres siglos de historia colonial compartida por la gran mayoría de los países de América.